Desvelo

Estoy bebiendo el río que busca sin buscar,
el desierto que encuentra soledad.
Desaparecer, correr aún más lejos, perderme, desoírte y continuar.
Me estoy desintegrando con tu magnetismo,
transformándome en un fantasma,
intentando saciar la sed que me produce el cauce de tu mirada.
De esta falta de convicción al moverme,
de este preludio de fatídicas noches
en donde no puedo soñar, sólo caminar sonámbula,
te oigo gritar sin poder interpretarlo.
Me lleva, te lleva, te llevo, me voy...

Lo que puedo esperar en las sombras

Lo que puedo esperar en las sombras,

aclara la noche, de negra a grisácea.

Suaves retazos de una serie desprovista de color

para otorgarme la posibilidad de colorearlos,

deleitarme y extasiarme de dolor

Penas más hondas que has ido buscando,

seduciendo, conquistando, relamiéndo en la estrella de sudor.

Únicos peces vivos dentro de esta corriente y serpientes

que dicen volver una y otra vez

para acorralar los sentidos, explorar los vacíos.

La noche es más sabia y deliciosa

cuando ha embriagado sus sentidos.

No perdió ningún sonido, no olvidó ningún relámpago

Alfiles, cabezas, duraznos, certezas rodaron al azar

Y siguen desfilando

Locura manifiesta

Locamente hermosa de dolor y sensaciones ambiguas.
Se extingue tu deseo en mis mejores deseos
Tengo la mente y la hoja en agonía,
la mentira y la farsa solas, perdidas.

Cuando pueblan aciertos, cuando marcan tus besos,
cuando nada parece más factible que este pieciso deseo.
No quiero mirarte,
temo convertirme en lo que huyo,
temo que me encandiles pronto, aún más pronto.

No necesito más que este propio minuto,
que este deseo sin fin...
¿Has encontrado el elixir?

Fugaz