La noche se hizo luna y mar

No puedo borrar mi sonrisa,
mi algarabía por el día que se digna a tocarme.
No puedo abandonar mi esencia,
que se aviva como el fuego.
No quiero desaparecer sin rastro ni señal que precise mis estados alterados,
no hay lluvia que bañe mis pétalos sedientos,
mas aún puedo llamarla.
Las tentaciones realizan su visita de rutina,
llevan tu nombre mientras tu oleaje me lleva hacia rumbos inciertos.
¿Quien me puede hablar de días futuros si en este presente nuestros ojos hacen lo que nuestros cuerpos niegan?

Río de la Plata

En mis pupilas

Nada puede doblegarme,

si al inhalar,

siento la inmensa vastedad que fluctúa

dentro de estos ríos del saber y la ignorancia.

Quiero,

querer.

Las sensaciones en derredor,

cambian mi estigma.

Me apabulla el silencio y el sonido.

Si no existiera mas que el sinsentido,

los sinsabores del alma,

las espinas del dolor que se mantienen latentes.

¿Cuanto tiempo ha de pasar para actuar?

Lo real...

¿Que importa si dentro de mi,

en mis pupilas,

estallan todas las pausas?

Lo que no hablo,

desaparece sin creerlo.

Mañana parece ser el adiós a la indecisión.

Las palabras se vuelven transparentes,

se hacen fugaces.

Se pronuncian para luego morir.

Morir y renacer,

al chocar frente a los oídos del mundo.

Me buscan,

en el inconsciente.

Me despegan de lo real,

me transportan.

Me hieren también,

me contaminan con su esencia

y me purifican al mismo tiempo.

Cuando suene la alarma será hora de despertar.

Existe el placer

Atemporales

Observo pausada y sigilosamente 

Debo decidir que el deber ya no forma parte de mi. 

Me abstengo de pedir explicaciones de todo lo que aconteció tiempo atrás, 

me detengo a levantarme y continúo 

Las plegarias no tienen destinatario, 

han pasado a ser estériles lamentos 

Persigue los pasos de todos esos conejos 

y habrás logrado un propósito temerario 

Las sombras de todos esos anhelos aún están vigentes 

todos los días me encuentro con ellos en la misma esquina 

Emprendemos juntos la revolución otrora del café 

y acordamos los pactos habituales 

Una sequía inmemorable me devuelve a la vida 

con pocos versos y mucho contenido 

puedo decir que el placer esta vez 

está envuelto en todo este sinsentido

Dijimos que no

Demasiados chicos suicidándose,

Tantas mentes provistas de calamidades

se erigen ante mí espíritu atormentado

Me rigen sin saber, el día y la noche.

Despertarse sintiendo cuando nos dicen que no sintamos

Evocando otros tiempos de ingenuidad.

Provocando mis visiones van,

todos y cada uno de los minutos de mi vida

No quiero decirte muchas cosas,

que sentido tendría al final?

Me despojarías de mi musa inspiradora,

quedándome sola en la oscuridad.

Evócame

Poseída